“Llegué al consultorio preocupado con la aparición de patas de gallo alrededor de mis ojos. Como soy deportista y vivo entrenando al aire libre me aparecieron mis primeras arrugas y se me empezaron a caer un poco los párpados. Además mi piel es frágil, con rosácea y mi cara tenía la apariencia de un borracho con mejillas y nariz enrojecidas. Empecé el tratamiento y se produjo en mí un lifting natural. Mi piel está desinflamada, mis mejillas y nariz en equilibrio. La gente no puede creer lo bien que estoy y me dicen: -¿Qué te hicieron?, ¡estás más joven!-.”